Cundo por primera vez te vi,
sabía que eras para mí,
una luz se encendió
y quemó mi corazón.
Desde ese momento
algo raro me pasó,
perdí la razón,
pero no me importa
recuperé la ilusión
y el deseo de vivir.
En el horizonte apareció
bajo la lluvia y el sol,
el arco iris de la emoción.
Mira cuantos años han pasado,
cuantos días, cuantos minutos,
cuantos relojes se han dañado,
y veleidosamente los hemos botado.
Aún no entiendo lo que por ti sigo sintiendo,
me pregunto si fue que por ti perdí la razón,
o porque llenaste mi corazón de alegría en el dolor,
pero sigo en las mañanas despertando a tu lado,
con este caprichoso corazón colmado de ilusión.