Hoy el valle, el gran valle abre sus ventanas,
luciendo el encanto que trae el verdor,
las loras en concierto atraviesan sus montañas,
los frutos desgajan el secreto de su dulce sabor.

El tibio viento suavemente acaricia,
se siente el abrazo de la maternal brisa,
las blancas palomas planean sin prisa,
en los toldos los manjares son delicias.

Distante, lejana, un poco cercana,
les observo, y con fervor les contemplo;
es mi gente paisa, la que trabaja con ganas,
y si estás taciturno, no tarda su ofrecimiento.

Hoy el día sabatino, la música les unió,
todos compartían torrentes de alegría,
todo el valle de color y felicidad se vistió,
las colinas se agitaban con toda la algarabía.

En el bolsillo más oculto del jeans preferido,
descansa la ciudad más bella y primaveral,
la que nunca ante el dolor se ha rendido,
la que hay que probar para poderse quedar.

Ciudad que resucita y en el cielo se agita,
la que no ha terminado de florecer,
cuando ya está preparando sus lucecitas,
para recibir al que escogió su valle para nacer.

PiedadacostaruizSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos