Rutina, horarios, imagen e inercia. Forma parte de nuestro día a día y de nosotros.
El mundo ya no está creado para nosotros, si no nosotros para él.
Limitados por nuestras cargas auto-impuestas, que nosotros hemos ido creando sin apenas darnos cuenta. Pero te paras a pensar, reflexionas, y te das cuenta de que ya no hay tiempo, que antiguas decisiones son ahora fantasmas que te impiden avanzar. El ruido de sus cadenas corroídas y oxidadas por el tiempo te obligan a flagelarte y arrepentirte de haberlos invocado en un pasado incierto.
Ojalá, pudiera volver atrás, empezar de nuevo la vida que nunca pedí, pero con mi perspectiva actual, enfocaría todo de una forma tan distinta...
Pero se que es imposible, solo me queda la esperanza, de que el amor que nunca sentí aparezca, me ciegue y renuncie a todo mi ser para hacer feliz a otro.
Todo es una ilusión, un rayo de luna...
La realidad, soledad y arrepentimiento...
