No encuentro mi sitio, eso es algo que a mucha gente nos pasa, y no entiendo el porqué, a veces creo que si, me siento rodeado y apreciado pero a la semana siguiente, me encuentro solo e incomprendido por las mismas personas que me hacian sentir especial.
Me pregunto qué falla, me martillea la mente una duda, si soy yo o es el mundo el que enloquece por momentos, me hiere acercarme a una persona que me gusta, con la más sincera intención de quererla dulcemente, de hacerla sentir la más bella y que su sonrisa fuera mi único regalo pero no funciona.
Pienso que me acerco demasiado y doy espacio pero jamás nadie recorre el sentido inverso y el alma ya cansada llora solitaria en las noches donde el sueño no rellena los huecos que el dolor provoca.
Está claro que no encuentro el sitio, nada me motiva ni yo mismo, me hago más pequeño y más incapaz de controlar la vida que se me ha regalado, porque eso también lo tengo claro, soy más afortunado que mucha gente que veo a diario, pero en lugar de disfrutarlo, solo lloro el amor que se me ha negado.
Quiero brillar en alas del sentimiento, arder envuelto en pasión, dormirme con el calor del cuerpo ajeno que tanto deseo y despertar lleno de ilusión tan solo para compartir una mirada en la cama con ella, pero no puedo.
No encuentro mi sitio y me duele pensar que quizás no lo tenga ni lo merezca porque no he sabido luchar, no he sabido jugar en el tablero de una vida que nadie me supo explicar.
Lejos de darme por vencido, continuo y una vez más, he resultado herido, una vez más contemplaré como yo no sirvo para una persona que dice querer tiempo pero en cuanto aparezca alguien que le guste por su físico, dará igual todo lo que para mí eran motivos, no existirá el tiempo y será a la vez, ese será por mi valentia mi castigo.
Me volveré a levantar quizás empujado más por el miedo a vivir en soledad toda mi existencia que por fuerza o ganas de vivir... no encuentro mi sitio pero voy a seguir.
