En tu piel
Bajo la piel, dorada por el silencio más sordo
una occisa sangre, no circula por las venas,
solo una sugestionable figura desnuda, se aferra
a la puerta del alma.
Despreocupado te vi bailar, un ocaso amarillo, ocre,
mirabas de frente, hombre valiente, silbabas al pasar,
fuiste feliz como el recuerrdo que dejaste,
orillando nuestra vida de partidas y no llegadas,
dolor en una esquina, veo triste el cuadro hoy.
Ahí abajo las sombras duermen, callado el mar soñado,
gime el viento, noche estremecida,
no comprendí tu dolor, sensación cruel, desesperación,
vuelves a gemir de dolor, sin dulzor en tu corazón.
Igual lo soñé, y fué una ensoñación,
o fué verdad, sin alcanzar mi ambición,
te buscaré al morir, te llamaré con clamor,
para apretarte con mis brazos y darte mi corazón.