Pregúntame si a estas alturas puedo dejar de soñarte. Si soy capaz de olvidar el sonido de tu risa y la forma perfecta de tu sonrisa. Si puedo dejar de querer que tus manos se aferren a mi culo y que rodeen mi cuerpo sin mayor cuidado. Si la forma y el paisaje que me ofrecen tus piernas no fuera ya mi mapa para guiarme hacia el mejor viaje que existe. Si las 7 maravillas del mundo no flaquearan en belleza cuando me muestras tus labios en relieve. Sigue preguntándome lo que quieras, y te contestaré. Si no dudaría en dejar secar el mar que rodea la isla en donde vivo para dar paso a tus océanos, y que sean ellos los que me sacien la sed. Si no llenaría el cielo de tus te quiero susurrados en mi oído, esfumando de este modo el viento, tan estremecedor a veces, para escuchar la gloria que es tu voz. Cuestióname la supuesta estética que ofrecen los tacones a tus maravillosos pies descalzos, esos que quiero ver caminar cada día a mi lado reuniendo kilómetros. Pregúntame si cualquier menú no va a perder valor al mirarte y al quererte devorar. Si tu cuello no va a ser la pista de aterrizaje de mi lengua, o tu pecho no fuera el mejor descanso, acompañada de la mejor melodía rítmica que va a mostrarme tu corazón. Dime si alguna vez dudas de lo que te quiero, para confirmarte que ahora, la vida es más perfecta, dulce y apasionante desde que estás en mi.
