La culpa de las expectativas femeninas, mías no, la tienen películas como pretty woman. Y la culpa de vuestras expectativas, incluidas las tuyas, la tienen todas las chicas con las que te has liado y han visto pretty woman. También tienes ese aire de listo incompetente, que a mi me encanta. Y yo, bueno, yo tengo ese olor a encaje acabado de estrenar, que tanto te gusta. Y soy muy suavecita. Y además, escribo cruasán, que seguro que no sabes que se escribe así. Así que mi plan, hoy, es nadar un rato en tu bañera, donde no toque fondo. Secarme con tu toalla, la que seca bien.
Te prometo marcharme cuando acabe. Te lo tengo que prometer por aquello de las expectativas que te comentaba.
Sólo una última cosa. Sácame a bailar.
Y otra más. Haz café.
