Me abro paso, a través de la densa niebla. Bajo mis pies un extenso campo de amapolas. Una cristalina gota cae sobre mi frente y, tras esta, otras muchas… ¿lluvia? No, no llueve con niebla… ¿rocío? No… el salado regusto me indica que no es propiamente agua… ¿acaso el cielo llora? Las flores encarnadas vomitan un aceitunado flujo, gorgoteando al unísono. Mi semblante adquiere una expresión de incomprensión, al verme cubierto hasta los tobillos por el repugnante efluvio.

De entre la nada aparece una figura femenina, de rostro terso y áureo, almendrados ojos y sonrisa carente de sentimiento, como muerta. Nos unimos en un beso, como sin quererlo, sin saber porqué, como si simplemente debiésemos hacerlo. Cierro los ojos, acaricio su rostro, con ternura, con pasión, hasta sentir su tacto como mío, hasta… ¿desgastarlo? Abro los ojos y tan solo aprecio una figura difuminada. La tos se adueña de mí, saturada la garganta de ceniza, de sus cenizas. Algo tira de mí, hacía abajo, obligándome a arrodillarme, manchando mi ropa con el vómito floral. Unas manos hacen presa en mi garganta, huesudas, alquitranadas. Cierro los ojos y grito.

Abro los ojos, bañado en sangre. Asustado, trato de situarme y comprendo que estoy en mi cama. Giro el rostro a mi derecha y comprendo. Un suspiro de alivio asoma de mi garganta. Junto a mí, ella “duerme”, degollada. La sangre que empapa mi pecho es suya.



“Menos mal, solo ha sido una pesadilla”

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2 Comentarios

• 

  A3

  Vaya tema...qué es pesadilla y qué no lo es?

  31/12/07 02:12

• 

  Mejorana

  Procura soñar otras cosas , que la vida está llena de cosas buenas

  03/01/08 04:01