En silencio
estudio las fronteras
de mi vida
ese mapa inevitable
construido con el tiempo
que como ocurre también
con las naciones
ha cambiado de nombre
muchas veces.
Mi territorio
se llama como antes
pero ya no es igual
y una casa mas fría
me contiene.
Llenarla es volver a nacer
y eso no puedo
solo mover los cuadros
de lugar
o cambiar el color
de sus paredes
a esperar que en los años
que me queden
el espejo del baño
reconozca quien soy
cada mañana
y que sepa
que aún me llamo Carlos.
El tiempo nos cambia, hacernos mayores, nos hace alcanzar sabiduría y por tanto nos volvemos vulnerables, a los sentimientos y al dolor de alcanzar la verdad.
POLARIS
Tu sensibilidad se hermana con la mía. Haberte conocido supone algo inmensurable...mi afecto por ti es de esos que sé no se rompen.
Un abrazo y un sentimiento.
Carlos