La niebla me trae tu perfume, de a ratos...
Las hojas de los árboles crujen pronunciando tu nombre... las nubes nocturnas, oscuras, casi imperceptibles, se agrupan intencionalmente para formar tu rostro compacto y a la vez brumoso... efímero, pero sólido, pasajero pero presente...
Todo a mi alrededor me lleva a vos.
Las gotas de lluvia se deslizan por mi cara como antes lo hacían tus manos.
La Luna, ausente a veces, me pregunta el motivo de mi llanto... ¡sííí!!, es la misma Luna que nos vio besarnos por primera vez, es la misma luna que nos vio crecer, es la misma Luna que vio a mi corazón romperse.
Lo único vivo en mi es el recuerdo, que a veces parece dormido, pero inexplicablemente esta noche tocó a mi puerta.
No es una noche cualquiera, presiento que algo va a pasar...
Además de la niebla puedo percibir una tímida brisa, que apenas se anima a revolver mi negro cabello.
De repente la Luna dejó de mirarme con compasión y las estrellas me sonrieron.
"alguien esta por entrar por mi puerta, siento el aire sonreir"...
Me paré a contemplar el reflejo del firmamento en un lago cercano.
De repente vi que otro par de ojos compartían la nostalgia conmigo...
Levanto la mirada y te veo a vos...
¿viniste a salvarme?
viniste a salvarme...
Las estrellas tenían razón...
