Fuego...
La espera y las sábanas aun blancas.
Ojos que miran hacia la puerta,
corazón que se encabrita a cada paso.
Silencio y la ansiedad arrecia.
La puerta aun cerrada espera la tibieza de tus nudillos.
Y mis uñas calan la sábana inmaculada.
Pareciera que nuestras respiraciones
ya se encontraron a través del tiempo
jadeando y mezclandose.
El presentimiento ante la espera azuza
y las llamas parecieran gritar desde el interior.
Te espero, te anhelo, te deseo.
Y desde el fondo de mi vientre
el desespero quiere desahogar en tu cuerpo
la intensa pasión encarcelada.
Liberar, derramar, afiebrar hasta el delirio
en irremediables entregas absolutas
donde el alma se deshace en el cuerpo.
Siempre supe sintonizar
con quien se muestra
sensible y a la vez sabe
mostrar eso que lleva dentro.
Por eso amiga, aquì o allà
y en todas partes sentiras
el aliento de quien viene a
nombrarte. Que estes bien,
un beso enorme desde el
otro lado de la cordillera.