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1- Encuentro

Hola, veran, quiero escribir un libro y aqui les dejo el primer capítulo, a ver que les parece. Si piensan que debería cambiar algo diganmelo, ;)
Que disfruten

Septiembre. Comienzan las clases. Athan apura el cigarro que tiene entre las manos. Suena el timbre, y como si de una procesión se tratara, decenas de jóvenes entran a clase. Al primer día de clase. Unos se alegran de reencontrarse con amigos que hacía tiempo que no se veían. Otros, con cara de decepción, entran en sus respectivas clases.
-Perdona, ¿la clase de 2º C de Bachiller donde está?- Le preguntó Athan a una profesora.
-Sigue este pasillo hasta el final, a la izquierda, la segunda clase a la derecha- Contestó ella.
-Muchas gracias.
Se dirigió hacia su clase. Al entrar, se dio cuenta de que todos se le habían quedado mirando.
-¿Quién es ese?- Empezaron a cuchichear.
-No sé, pero tiene unas pintas de flipado...- Dijo una chica riéndose.
-No te preocupes que a este se los bajo yo. Nuevo y chulo, lo que faltaba- Protestó Miguel.
Pensó Athan.
-Eh, ¿tú eres nuevo, verdad?
- Si, ¿tanto se nota?- Respondió irónicamente.
-Pues sí, demasiado diría yo. Y te aconsejo que esos aires de chulo que nos traes se te quiten enseguida, ¿No sé si lo pillas?
-¿Me estás amenazando?
- Si, ¿tanto se nota?- dijo en afán de copia. -Y te aconsejo que no me repliques.
-¿O si no qué? ¿Me vas a pegar? Permíteme dudarlo- Respondió con una media sonrisa.
-Mira niñato- Dijo mientras le cogía de la camiseta- En el recreo, te vienes conmigo al parque, que te voy a dejar las co¬sas claras.
-Allí estaré- Su media sonrisa seguía allí- Y dile a tus amigos que se vengan, haber si te creces un poco más.
Miguel se dio la vuelta rápidamente para soltar un puñetazo en la cara de Athan. Este esquivo rápido el puñetazo, el cuál chocó contra la pared con mucha violencia.
-Reserva tus fuerzas para luego, no vaya a ser que te rompas algo. - Soltó Athan guiñándole un ojo.
-¡Yo te mato cabrón!- Gritó lleno de rabia, mientras sus amigos le sujetaban. -¡Te voy a reventar!
Athan ignoro sus comentarios y maldiciones que expulsó Miguel por su boca.
La mañana transcurrió con normalidad, miradas de odio y muchos susurros llenaron la clase.
Vuelve a sonar el timbre, Athan espera en la puerta del instituto, mientras se lía un porro. Miguel sale, con cara de muy pocos amigos. Pasa al lado de Athan, sin percatarse de su presencia. Lo busca por todas partes, hasta que lo haya apoyado en la verja.
-Tenemos algo pendiente, ¿o no?- Dijo Athan. -No te irás a echar a atrás ahora, ¿no?
-Vamos al parque, que te vas a enterar de quién soy yo.
-De acuerdo.- Dice mientras da una calada.
El parque no estaba muy lejos, había mucha gente esperándolos con expectación. Al llegar, los jóvenes hicieron un corro alrededor de ellos. Miguel lanzó un puñetazo directo a la cara de Athan. Este lo esquivó con gran rapidez y elegancia. Miguel volvió a atacarle, otra vez a la cara. Se agachó rápidamente y con una patada desequilibró a Miguel y cayó al suelo. La gente empezó a corear el nombre de Miguel, el cual, con una media sonrisa, un tanto malévola, descargó una patada en el estómago a Athan. Se dobló hacia atrás, debido a la potencia del golpe. Miguel aprovechó y le dio un rodillazo en la cara, y cayó de espaldas sobre el césped. Le cogió por la camiseta y le dijo:
-Esto es para que te andes con más cuidado niñato.
Athan se revolvió y se soltó de él. Soltó una patada en las partes bajas de Miguel y aprovechó para levantarse con velocidad y soltar una patada en la cara del enemigo. Cayó al suelo como un saco de cemento. Athan no volvió a agredirle, a pesar de tenerle enfrente.
-¿Has tenido suficiente? ¿O quieres seguir?- Preguntó.
Miguel se levantó con la cara ensangrentada, y se dispuso a embestir a Athan, el cuál con otro movimiento veloz y elegante, lo evitó y le dio una patada en el trasero, lanzándolo de cabeza contra el suelo. La gente empezó a reírse de Miguel. El cuál se fue del parque, humillado.
El resto de día, la gente solo hablaba de la pelea, de la humillación de Miguel, y del triunfo de Athan. Sonó el timbre y toda el instituto se vacío en apenas unos minutos. Unos iban en dirección a la estación de Metro, otros, se dispersaban por las calles que rodeaban el instituto. Algunos se quedaron en la puerta esperando. Unos hablando, otros esperando a que les vinieran a buscar. Athan se dirigió a la calle de detrás del instituto, donde tenía aparcada su coche. Se montó y se dirigió a su casa.
Pasó la semana con gran rapidez, muchos se acercaron a Athan, intentando ser su amigo, por la protección que les podía proporcionar, pero él se mostró reacio. Hizo lo mismo con muchas de las chicas que le pidieron salir. Al llegar a clase después del recreo, encontró una nota dentro del estuche.
"Hola, Soy Erika, la que se sienta en primera fila. Vi lo que le hiciste a Miguel, y la verdad, se lo tiene merecido. Te quería preguntar si esta tarde tienes algo que hacer hoy por la tarde. Conozco un par de locales con buen ambiente. Si te apetece dímelo."
Se dijo Athan.
-Erika - La llamó Athan. - ¿A qué hora quedamos?
Erika se sorprendió, no se relacionaba mucho, pero bueno, mejor para ella, pensó.
-Ah, sí, ¿a las siete me pasas a buscar?- Mientras le ofrecía un cacho de papel con su dirección.
-De acuerdo, a las siete estoy allí. -Dijo mientras le guiñaba un ojo.

Llegaron las siete, y Athan llegó con su Escarabajo al portal de Erika. Bajó y se encendió un cigarro, apoyado en la pared del edificio. Erika salió del portal, con su melena rubia suelta sobre sus hombros. Llevaba una camiseta blanca de tirantes finos y una mini-falda negra, a juego con unos botines de cuero.
-¿A dónde vamos?- Preguntó Athan
-A Gran Vía. ¿Tienes bono-metro? Da igual tengo yo, te lo pago.- Una sonrisa salpicó su cara.
-Me temo que lo del metro va a tener que esperar, te llevo en coche.
-¿Tienes coche?- Preguntó sorprendida. -¡Que guay! ¿Dónde está?
- Es este- Mientras señalaba el Escarabajo. -¿Te gusta?
-¿Un Escarabajo? ¡Y esta tuneado! ¡Cómo mola!
Montaron en el coche, pusieron música. Salieron del barrio en dirección al centro. Athan aceleró aprovechando que apenas había tráfico. Una sirena y un par de luces llamaron la atención de Athan.
-¡Mierda! La pasma- Gruñó-¿Llevas el cinturón?
- Si, pero creo que no digan nada comparada con la velocidad que llevas, es una zona limitada a 40 y te has puesto a 80.
-Eso es que no has visto nada.- Mientras una media sonrisa iluminaba su cara.
Athan piso el acelerador a fondo y se desvió hacia la autovía. El coche de policía hizo lo mismo, sorteando los demás coches. El Escarabajo llegó a la M-40 dónde aumento su velocidad. Los coches, al ver el espectáculo, se fueron apartando. Cogió un desvío, y sus perseguidores hicieron lo mismo. Frenó bruscamente y se volvió a reincorporar a la autovía, pero esta vez no consiguieron hacer lo mismo.
-Ya verás la receta que me llega- Suspiró.
-¡Guau! Que pasada... Nunca me lo había pasado también en un coche.
-Al principio tuviste algo de miedo, ¿verdad?- Erika no pudo reprimir una mueca de asombro.- No estás acostumbrada a tratar con la policía.
-Si... es cierto... ¿Cómo lo has adivinado?
-Hay veces que es mejor no hacer preguntas.
-¿No me habrás espiado?
-Va a ser eso. -Contestó mientras soltaba una carcajada.
-Oye, cambiando de tema, ¿desde cuándo un cacharro como este puede correr tanto?
-Digamos, que tiene un par de retoques.- Soltó otra carcajada.
-¿Tiene nitroso de ese que sale en las pelis?
-No, la verdad es que nunca me ha interesado.
-Bueno, sal de la autovía y vamos al centro.
El viaje hasta el centro fue normal, sin más altercados policiales. La música que salía del coche llenaba las calles. Llegaron a su destino después de 10 minutos de atasco.
-Bueno, ¿Y ahora dónde vamos?
-No sé, todavía no hay ningún sitio de fiesta abierto. ¿Vamos al Retiro?- Pregunto ella.
-De acuerdo, me encanta estar allí.
Caminaron hasta el Parque del Retiro, mientras conversaban animadamente. Al llegar allí pasearon hasta el estanque, donde las últimas luces anaranjadas del día reflejaban el monumento a Alfonso XII. Después fueron hasta la estatua del Ángel Caído.
-La única estatua de Lucifer del mundo, ¿lo sabías Erika?
-No, la verdad es que no.
Athan calló a Erika con un beso en los labios. Ella cerró los ojos e hizo lo mismo. Pasaron un buen rato más frente a la estatua.
-Van a cerrar, será mejor que nos vayamos.
- Si. ¿Pero sabes qué? Ya no me apetece ir de fiesta. ¿Me llevas a casa?
-De acuerdo.
Fueron hasta el coche y fueron hasta casa de Erika. Una vez allí se despidieron con un beso apasionado.
-Ya nos veremos.- Dijo mientras desaparecía en el portal.
Shekandragon16 de marzo de 2010

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