Primero os cuento la historia del poema. Yo tenía una pandilla de amigos desde el colegio, y uno de ellos, sufrió la muerte de su novia por un cáncer, hace dos años, y luego, a los pocos meses volvió con su antigua pareja. Los demás le machacaron, dejaron de hablarle, y fui el único que estuve a su lado, porque valoraba la fortaleza que tenía para volver a ilusionarse.
Un día, misterios de las musas, me puse a escribir un poema en el móvil, harto ya de la injusticia. Se lo enseñé a mi amigo, el que había sido repudiado por los demás. Hoy en día, aún siguen sin hablarle.
Rodad, rodad, yo os despido, rodad,
aquí me paro frente al verde arrozal.
Mantened hormigón en los sentidos
que me mantengo con bastón.
Hablad, huíd, criticad corazones ajenos,
que ya oigo trepar el viento
por árboles, ya besa gorriones.
Alzad mis desechos,
ya os caerá mi gracia.
Rodad mientras paseo,
hablad,
mi caballo es blanco y tiene alas.
Con mis heridas rodillas sigo errando,
siempre errando a lomos de mi caballo,
con su inspiración grabada a fuego en mis ojos,
melancólicos, sí,
pero capaz de arroparme cada noche
con su universo sentido, inventado sí.
Traigo papel y pasteles,
¿quién quiere dormir conmigo?
Silenciodeluna, me encanto.
Mantened hormigon en mis sentidos,
que me mantengo con baston.
Asi de cierto es a veces y lamentable que no se desee la felicidad del projimo, una belleza, te felicito. Un gran saludo.