La oscuridad nocturna camufla mis intenciones, pero no sólo al mundo, sino también a mi. Esta noche me he montado en el coche y no sé hacía dónde me dirijo. Ante mí, solo tengo la carretera mal iluminada y un destino nada claro. En mi mente no hay pensamientos, y mi corazón está tan lleno, que no sabe ni lo que siente. Todo me lleva a desaparecer entre el ruido del motor y la profundidad del asfalto.
Gracias Lu, y también a ti Freemind. Son vuestros comentarios, junto con los de toda la comunidad de tustextos.com son los que me hacen seguir escribiendo. Os lo agradezco.