La cálida brisa veraniega unida a sus caricias estremecía mi cuerpo. Estabamos ahí, sentados en la suave arena costera. El sol se escondía lentamente, haciendo que el paisaje tomara un tono anaranjado. El mar se movía lentamente, su olor llegaba hasta nosotros. Él me acariciaba cariñosamente los brazos, yo disfrutaba del paisaje, de las caricias, y sobretodo de él. Sus fuertes brazos me abrazaban, protegiéndome ante todo. Con él no hay lugar para el miedo, con él soy más fuerte.
Una tierna pareja de ancianos caminaba por la orilla. Ella nos miró, y sonrió a la vez que apoyaba la cabeza en el hombro de él. Sin duda, recordaba momentos pasados. Momentos de amor como este, que te hacen sonreir. Me pregunté si algún día yo también recordaría estos momentos. Junto a él. A su lado.
Desperté del sueño con un sabor agridulce. Había sido muy bello, pero pronto se acabó. Y esta vez, me pregunté si algún día viviría estos momentos. Junto a él. A su lado.
1-5-14
Supergirl, esos sueños te despiertan así, como la salsa agridulce. A veces son premonitorios (ya nos contarás) o puede ser para que seas más positiva.
Llegará ese día si ello lo deseas realmente. El futuro lo creamos con el presente a poquito a poco.
Ánimo. Un beso con palillos chinos