Aquí se está bien. El fondo de tu mente es un sitio cómodo pero el polvo me dificulta la respiración
Solo tú puedes sacarme de aquí. Necesito que me eches un poco de menos, que me sonrías como antes y que me escribas cuando no te puedas dormir.
Porque me gusta pensarte pero lloro cuando me doy cuenta que tú cada vez me piensas menos.
Son muchos los kilómetros que hemos recorrido juntos pero siento que has empezado a correr dejándome atrás. Tal vez huyendo de mí o tal vez huyendo del miedo a enamorarte.
Deseaba como una niña tonta e inocente que pasara el terremoto y pudiéramos estar juntos sin tener que dar explicaciones a nadie; pero tus planes eran otros.
Empezaste tu nueva vida y se te olvidó incluirme en el guión. Ya no soy yo la que te consuela ni la que te ayuda. Ni la que te aconseja ni la que te quiere como nadie. Ahora han ocupado mi lugar...
Mi único consuelo es el tic tac del reloj; porque el tiempo y el olvido son hermanos gemelos