No hay placer ni hay doctrinas cuando me encuentro solo,
el alma se ciñe de orillas infranqueables,
es mas largo el invierno para quien lo dio todo
y, es más corto mi empeño o más crudo el otoño
..
Un día y otro aparto tantas quimeras juntas
que se marchitan solas esperando por ti,
no hay placer ni hay doctrinas en cortas temporadas,
aquí me quedo mudo suspirando en la nada
sufriendo entre el invierno y el verso que escribí.
Conciliábula o muda de dolor y de espinas
que te encuentro en dos aguas sin poderte embarcar
tu no aceptas la tierra del papel que te aguarda
ni le apuestas al negro que tu amor discrimina
ni te conmueve el gozo veleidoso del azar.
A que exclamar suspiros en mi causa ridícula
con tu silencio eterno, eterno como un abismo
donde revolotean mis gaviotas austeras,
mis gaviotas sin nichos como la noche amarga.
Entre un dintel y otro mi pensamiento avanza,
mi mirada te envuelve donde otros gestos buscan
pero tu vida huye del contacto que aflora
como cuando mis brazos te circundaban toda
como una enredadera a una caracola.