Yo le mire, era el más guapo del grupo, el giro la cabeza hacia donde yo me encontraba, se quedo mirándome fija y profundamente como si no me hubiera visto nunca y tratara de estudiarme. Cuando se dio cuenta de que le miraba me sonrió con su perfecta sonrisa, siempre que lo hacia conseguía que sintiera mil cosas al mismo tiempo. Era muy guapo, aparte de tener un cuerpazo, tenía el pelo muy negro, que siempre lo llevaba hacia arriba. Pero lo que más me gustaba de él eran sus ojos. Tenía unos profundos ojos color café que conseguían confundirme durante un momento. En ellos podía ver tantas cosas, tantos años de amistad, tantos momentos, tantas risas, tantos llantos. Seguía mirándome, lo había vuelto a hacer, yo simplemente aparte la mirada, no quería volver a caer en sus redes, me había hecho mucho daño en el pasado.

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