Densos nubarrones rojos
entorpecen la vista
de la agonizante esperanza.
Chaparrones de sangre
cayendo pesadamente
sobre las calles fantasmas.
Acompañados de horribles truenos
que desgarran el alma:
Los gritos de los mutilados.
Tristes se oyen los lamentos,
llevados por el viento,
estremeciendo a propios y extraños.
Melancólicos pasean los despojos,
de lo que alguna vez fueron hombres
y ahora son sólo escombros.
Desesperante cielo
en el que se ahoga el anhelo
de volver a vivir.
Sepultados en el suelo
yacen los recuerdos
de los buenos momentos.
Ciudad muerta en vida.
Estirpe maldita,
la de la Ciudad sin Salida.