Corre como ríos la sangre
De los guerreros involuntarios.
Corren como ríos las lágrimas
De las madres desesperadas.
Arden como llamas
Todas las esperanzas
Que de un momento a otro
Fueron tragadas por la guerra.
Y retumba como cañones el silencio
De todos esos soldados
Que caminan apesumbrados
Hacia una muerte segura.
Viven como reyes,
Los líderes de la Revolución.
Mueren como perros
Quienes defienden la rebelión.
Se persiguen como ratas
A idealistas y pensadores.
Se elevan las hazañnas
De abusivos y opresores.
Se apagan como velas
Las voces agonizantes
De los heridos de muerte
En los campos de combate.
Y se transforman en gritos de guerra
Los lamentos desgarrados
De los que son lanzados
En la absurda pelea.
Se pierde en la memoria el recuerdo
De ese soldado anónimo
Que entrgó su vida y más
Por una causa descabellada.