Había una vez un lobo muy pequeñito que vivía en una cueva alojada en un frondoso bosque, un día su madre embarazada de unos cuantos cachorritos más le pidió que fuera a la cueva de su abuelito al otro lado del bosque y le llevara unas palomas que había cazado su padre por la mañana.
La madre mirándolo seria le dijo: "Lobito ve con cuidado pues por el bosque hay cazadores muy malos y pueden hacerte daño!"
El lobito recogió las aves y emprendió camino hacia la cueva de su abuelo tenía que cruzar todo el bosque para ir a casa del abuelito, pero no le asustaba porque siempre encontraba a algún amiguito, las mariposas, los pájaros, las ardillas....
De pronto vio a un hombre delante de él con una escopeta muy larga con una mirilla para apuntar bien y no fallar, lobo se asustó y decidió tomar un camino más largo hacia casa de su abuelo rodeando toda la montaña, por desgracia ese bosque estaba lleno de furtivos, la mamá sentenció al pequeño lobito pues su muerte era segura en aquellos momentos, lobito echó a correr, hasta que encontró unos arbustos donde refugiarse un pequeño rato, cansado de correr, miró alrededor y pensó, "Los humanos se han ido..." Tomó camino de nuevo hacia la casa de su abuelo, con cautela y despacio Lobito se fue acercando cada vez más al hogar del anciano, una vez ahí aulló ligeramente: "Abuelo?" El abuelo respondió aullando de forma desgarradora: "Vete lobito! Vuelve a casa, escóndete!" Lobito aterrorizado frunció el ceño y negó, a su abuelo le pasaba algo y él decidió entrar a la cueva, de un salto se introdujo, y pudo ver como dos hombres muy altos junto con una pequeña niña encapuchada de rojo querían atacar a su abuelo. "Él! él siempre se acerca a casa de mi abuelita! Se la quiere comer!" Dijo la niña con voz chillona y molesta, Lobito sacó sus colmillos y empezó a gruñir al ver a los dos hombres apuntando a su abuelo con las escopetas "Yo no quería comerme a nadie! Los humanos no me gustáis vuestra carne es amarga al igual que vuestras almas" Aulló el lobo abuelo, el humano acercó la escopeta un poco más al anciano animal y colocó el ojo en la mirilla ya lo tenía lo iba a matar. El lobo anciano agachó la cabeza y aulló de nuevo: "Yo solo quería comer algunos restos que había tirado a la basura, siempre lo hago" Los humanos no le entendían solo veían un animal feroz que quería atacarles.
Lobito gruñó al ver que el humano estaba a punto de apretar el gatillo y de golpe pegó un salto y le mordió el brazo, lo que hizo que al hombre se le cayera la escopeta al suelo "AHHHHH!" Gritó, el abuelo de Lobito se puso firme de nuevo asustado por la situación y la niña con la caperucita roja salió corriendo de la cueva junto con el otro hombre, Lobito le mordió tan fuerte que hizo que ese hombre jamás volviera a empuñar una escopeta para hacer daño a alguien indefenso.
En cuanto a Lobito y su abuelo, no sufrieron ningún daño, prometió a su abuelito no volver a acercarse a ningún humano desconocido que se encontrara de camino ya que los humanos son animales incapaces de comprender y de respetar a otros animales, son seres peligrosos.

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4 Comentarios

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  Gonzalodaz

  Me gustó mucho, saludos!

  01/04/14 04:04

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  Libelula

  Caperuzitas caprichosas que no obedecen a sus madres.
  Pobres lobos si.
  Me gusto

  01/04/14 03:04

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  Superandoloimposible

  Que original!!! Además, te hace darte cuenta que aveces las cosas varían segúnas cuentan y que no hay que fiarse al 100% de una cosa que no has visto tu. Me ha gustado mucho :))

  02/04/14 05:04

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  Albasilencio

  delicioso cuento lleno de ternura y originalidad.
  felicidades.

  03/04/14 11:04