Ella se consuela pensando que no hay más futuro que el que dibuja su pie sobre la arena de la playa, el que sus dedos escriben dentro de un círculo irregular.
Pretende demostrarse que cada uno contruye su porvenir conforme le viene la vida, pero sigue apoyándose en un pasado incorregible.
Fué en un momento de su vida cascada de emociones, fué primavera exclusiva, fué huracán terrible y calma pacífica...ahora nada queda de eso, evolucionó, o eso dice.
Se convence de que no queda nada de lo que un día fué; yo sigo pensando que vive escondida en su caparazón, pero, indudablemente, no voy a proclamar nada al respecto.