Estoy sin cadenas en la encrucijada congelada de mi memoria. Encallada en este lugar puedo amasar copos de recuerdos y armar un muñeco con los cachitos de tu cariño y de tu amor, puedo lanzar bolas de risas antiguas contra la pared y deslizarme sobre placas de sueños rotos. Puedo esquiar en las pistas de nieve que nos congelaron la ilusión, puedo hacer alpinismo en las montañas de hielo que no supimos escalar y beber el agua pura en que se convierte la escarcha de nuestra amistad.

El viento helado me despierta los ojos, se respira el frío, el calor disminuye, será que ha descendido la temperatura corporal, siento sueño, me quiero acostar, no quiero cerrar los ojos temo no despertar. No quiero permanecer en este lugar solitario, necesito cadenas para avanzar y no parece que lo vaya a lograr. Me adormezco y ni tu imagen me calienta ya, ¿voy a llegar al término de mi vida sin sentir intensamente lo que solía ser amor? No puedo pensar, no siento las manos, la nieve no parece tan mal lugar, tan blanca y pura como está, me he acomodado entre agua helada que sigue cayendo como pequeños cristales diminutos que me acarician el cuerpo, estoy a punto de cruzar…y ya estoy con los ojos cerrados cuando llegas para salvarme, para arroparme en tus brazos y comunicarle calor a mi cuerpo, para elevarme la temperatura y revivirme el alma.

ZucetteSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos