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Violencia Machista

Ya he limpiado la casa por completo, he lavado los platos y he planchado las camisas para toda la semana, he hecho una cena suculenta y tengo la cerveza fresca para cuando él llegue. No sé qué hacer, si me maquillo me llama buscona, si no lo hago dice que porqué no saco a relucir mis dones, si me visto bien soy provocativa y si me dejo el pijama no lo cuido. Por otro lado, si la comida no está caliente cuando él llega, se pone muy nervioso y da igual las ganas que tenga de hacerlo, porque si él lo precisa, mi opinión no importa.
Pero yo lo quiero, lo quiero mucho y entiendo que el trabajo le ponga nervioso y necesite evadirse cuando llega a su hogar.
*Suena la puerta*
Ya ha llegado a casa y salgo a recibirle con toda mi buena fe: "Buenas noches, Cariño".
-Traeme mi cerveza ya, joder.
-Ahora mismo. Estaba en el congelador para que la tuvieras fria.

Se la bebió de un trago y se sentó a la mesa a comer sin dirigirme la palabra. Puso el partido de fútbol y se cabreó aún más con el resultado. De repente, se levanta, me mira fijamente con esos ojos que hablan por sí solos y dice: "¿Otra vez? ¿Otra puta vez la comida fría?
-Lo... Lo siento, cariño. A veces llegas más tarde y yo n...
-¡Qué cojones dice, mujer! ¡Qué culpa tengo yo de que no sepas cocinar!

De repente se quitó el cinturón y yo ya sabía que me iba a ocurrir. Todo su ser se abalanzó sobre mí. Yo nada más podía hacer que rezar por tener suerte.
Empezó como siempre lo hacía, con unos fuertes azotes en la espalda. Eso me producía unos desgarros, de los que la sangre empezaba a brotar. Después, soltó el cinturón y me empezó a dar hostias mientras me grita: ¡¿Por qué me obligas a esto?!
Me tiró hacia la cama y note un inmenso dolor en abdomen. Me rompió dos costillas y no tuvo el menor reparo para parar. Esta vez estaba descontrolado, un golpe tras otro. La sangre empezaba a brotar de diferentes partes de mi cuerpo y yo no era capaz de pronunciar apenas quejidos. El solo sabía pegarme, no articulaba palabras, no pensaba, tan solo un golpe tras otro. Sobre mi rostro, mi abdomen, mi espalda. Ni la sangre podía pararle. Entonces, me pregunté: ¿Pero... Él me quiere?
De repente, todo se calmó, deje de sentirlo. El golpe que me diste en la cabeza había sido mortal. Esta vez, no te supiste controlar.
Y todo, todo esto, empezó por un partido de fútbol.

//Por todas las mujeres que sufren acoso y violencia machista. Por las que no estáis y por las que seguís luchando//

2KX

2kx14 de octubre de 2018

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2 Comentarios

  • 2kx

    Estoy de acuerdo, Regina. La violencia machista aparece hoy en día en diversos ámbitos que hay que controlar. Parece que, como se suele decir, "vamos hacia atrás".

    15/10/18 11:10

  • Remi

    Texto crudo como la realidad, es tan importante la educación de nuestros hijos, en el respeto y la tolerancia, para que esto no siga sucediendo nunca más.
    Muy buen texto, un saludo.

    25/10/18 08:10

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