Donde vaya, cuando sea, no respiro, ando muerto. Ya me vieras en tu ausencia, el gato ciego, el café amargo sin la dulce pizca de existencia, que soy, el tronco inútil, campo yermo. Más la infancia luminosa que resume tu sonrisa, en yo verla, me asolea, quema y vuelve fuego. Y la infame naricita juguetona que te ostentas, si me roza, he de morderla. Y en la eternamente matinal mirada que me avientas, veo el cielo, voy al cielo. Quiero un beso. Vierte un beso en esta rota planta seca, y la verás crecer por eso, morderá el sol, echará raiz por toda tierra. Donde sea, cuando vaya, voy vacío, iré viejo. No me sacia el vino el hambre, ni me quita una pera el sueño, como nada más me desviste la piel muerta, que tus fatales caricias vestidas de seda, como otra cosa no me provoca de rojos deseos ser mansa presa, que sentir en mi boca tu lengua de fresa.
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Inspirado por y dedicado a mi chica, que me ama y amo.
cuantas emociones dentro de tan pocas palabras...te admiro compañero.
saludos!!