I
"Ve en paz" dijo mi viejo y me dio la mano,
Apretó fuerte, como deseando arrastrarme con él
Hacia la zona más segura de la ciudad,
No obstante al final me soltó lentamente
A sabiendas de que era mi decisión y no la suya
La que debía de ser... me dejó ser hombre.
Y mientras caminaba calle abajo sentía la mirada de mi padre
Grabando en su memoria cada detalle, cada color, cada célula de mí
En su interior, en un rincón donde su hijo siempre iba a estar con él
Pidiendo consejo, tomado de su mano, poniendo pegatinas con sonrisas de niño
En sus años.
Heme aquí
Caminando hacia páramos desconocidos
En los que la cordura es una bala atravesando la carne y el hueso
De un desconocido contra el que no tengo nada
Y que sin embargo voy a liquidar con saña como si le detestara.
II
Cansado y con la mente en mil jirones
Tomándome mi tiempo para recuperar la conciencia
Voy sacudiendo las esquirlas del pasado;
Los pecados de mi humanidad que reptan en mi aún lozana sombra.
Voy camino al regazo del delirio,
Me prometo a mí mismo regresar al lugar donde he dejado a mi amada vestida de luto
Allá donde la magia y la ilusión perduran lejos de las dobles intenciones
Cuán lejos estoy del calor de sus ojos, la tierna poesía de sus manos
Y la promesa de un futuro en grana de su vientre.
III
Un tropel de cuatro caballos cabalga con destino incierto
En medio de la oscuridad de la noche,
Me despierta el eco tremebundo de su marcha fúnebre
E inesperadamente me revuelvo en mis entrañas y colapso en la pesadilla;
Un cisne negro y en rededor mil rostros ajenos con ojos de cristal mohoso,
Mil cuerpos de madera de ébano con ramas retorcidas y manos enraizadas en el lodo carmesí.
Soy el último hombre en pie
Moribundo, sin amor, sin fe, sin moral,
Y veo frente a mí a mi padre con el alma herida de muerte, abrazando trémulamente a un niño,
Mi cadáver envuelto en el misterio
La caridad, la libertad, la paz.
Miles de cines negros mueren,el porque nunca lo entenderé.
Las guerrillas la guerra ya es cruel para los adultos, más para los niños.
Un gran poema me pellizco el alma.
La foto es brutal.
Abrazo