Admirando el cielo gris
y el rugir
de millones de gotas
precipitándose
de forma kamikaze,
el agua
resbalando de la hoja,
el verde,
ese magnífico verde,
el marrón majestuoso
del rugoso tronco
cambiando de tono
al absorber la humedad,
la raíz
fuerte
aferrada al suelo
como un lactante
al pezón de su madre,
el viento
zarandeando las ramas
susurrando equilibrio,
una apertura entre las nubes,
un rayo de luz,
un arcoíris,
la montaña de fondo,
el pájaro
refugiando el canto
en su querido nido,
la calma del caos,
el sonido de lo mudo,
todo,
nadie,
nada...
y yo pensando en arte...
pero cómo cojones igualo esto,
quién coño cree ser capaz
de superar este espectáculo
que la naturaleza regala
a mis indignos ojos.
Quizá me sobra la reflexión final pero el poema me ha encantado porque sin esfuerzo y nitidamente me has hecho vivenciar lo que has plasmado. Buena poesía. Un saludo.