Indigo
Para algunos, Mario Vargas representa una de las cumbres de la narrativa o como literato y por lo tanto, con palabra de peso en mútiples temas.
Quizá lo fue en tiempo pasado, cuando tenía calientico, en la piel, su ascendencia meztiza; medio inca, medio aimara, medio quechua.
Posteriormente, al trepar a la cumbre del neoliberalismo e incursionar en política, adversando a estadistas con ideas enmancipadoras, se declara opuesto a ultranza de los movimientos sociales de avanzada, justamente, es reconocido con el nobel, la academia sueca no da nada gratis, Él adoptó la nacionalidad española y le fue cedido el título de marqués, ¿Una manera de borrar la "mácula" de ser latinoamericano?
Ha perdido credibilidad, fracasando en política y eso tiene su costo.
Lo poco que puede haberme gustado, se diluyó por su actitud servil al servicio del colonialismo y su fobia por la integración latinoamericana y caribeña.
Él ha sido y es parte del marketing social, político y cultural del capitalismo salvaje e idiotizante.
Respeto tu escrito, tu pensamiento, tu esfuerzo, pero no puedo pasar por alto, la otra versión del "Ilustrísimo Señor" Mario Vargas, radicalmente opuesto a los vientos del cambio, él no ha descubierto nada nuevo en el hecho cultural actual, la banalidad es un triste aporte del pensamiento estadounidense desde décadas y él nunca antes se pronunció.
Saludos.
15/02/15 05:02