La noche nos acusó por el abuso de drogas
yo inocentemente me sentía
como caminando en tus zapatos.
Todos esos chicos,
pero solo vi tu cara.
Éramos asesinos amordazando a la verdad
sin pedir perdón.
En la cárcel de la incertidumbre se albergó el verdadero yo
así que mi tristeza se sumó al asalto
y ahora somos cómplices.
Las noches en vela
el frío de la madrugada.
Por favor, llama a la policía.
el viento juega conmigo
mis sentimientos apenas pueden con la caída.
Las noches tienen garras afiladas
¿Qué tanto te hirieron
cuando mordías mi cuello
y la mesa se tambaleaba
en un solo compás?
Soy el hijo de mi madre
y así como lo hizo con mi padre
yo te amare hasta que no quede aire en mis pulmones.
Soy el desastre de las 4 am.
Llamen a los policías por mí.
Mientras escucho música
el suelo tiembla
y mi cama parece tragarme.
Soy el hijo de la depresión
el cual esconde pecados
detrás de vidrios polarizados.
El sol se asoma
y tiembla,
ruge
y cruje.
Policías vengan.
Me gusta como mezclas lo cotidiano con lo ambiguo y consigues construir poesía novedosa.
Un saludo.