Los colores de tu mochila se secaron y por más que tallas sobre el papel solo destruyes las hojas
aún mantienes los colores porque son la prueba de aquellos paisajes que alguna vez pintaron, pero que alguien más borró
no puedes botarlos aunque ocupen espacio
así que te los quedas y los pegas a tu pecho hasta que te quedas dormido y por la mañana los regresas a su estuche y después al espacio en tu mochila