Tomé un autobús desde tu apartamento hasta el centro de Puerto Vallarta, deseando perderme entre el calor húmedo de ese día
Mantuve mi distancia, estaba asustado; pues nunca camino solo y menos en un lugar desconocido
Pero el claxon de los coches, los coloridos souvenirs, el verde de los parques y la zona romántica me abrazaron y no sentí calor en absoluto