Que la vida dura 3 días
Ya lo sabía,
Pero preferí comerme los días a bocados
y fumarme las noches a caladas
Carpe diem decían,
y ahora mira...
Que ojala estuvieras ahí siempre.
Si, tú...
Juventud que te comes el mundo con tantas ganas,
o que te enfrentas a el
a gritos
A besos
Y a patadas.
Que eres como un reloj a 300 km por hora,
Que no descansa
Y nisiquiera para.
Y Por esote dedico a ti estos últimos versos que escriben mis dedos
y con lágrimas, se convierten en un mar profundo de recuerdos.
Hay emociones que caminan al ritmo de quien escribe con el corazón y la sintaxis este maravilloso poema que a mi como lector me provoca una emoción nueva.
Un saludo
Carlos