TusTextos

Somos Inmortales


Apenas hemos cumplido los veinte años de edad, y el tiempo todavía juega a nuestro favor. Un coche a ciento ochenta en una recta nocturna, un grito de locura en una discoteca, una carrera a ciegas sorteando peatones de cualquier ciudad, huyendo de la luz o persiguiendo a un amigo que, a las seis de la tarde de esta estúpida navidad, ya ha bebido media botella de vodka.

Despierto en mi cama a las cuatro y media de la tarde, con los labios cansados de tantos besos que ni recuerdo haber dado, pero que seguro que regalé en la puerta de cualquier retrete. El olor a humo aún persiste en mi pelo, y los mismos tejanos nuevos de anoche aparecen sucios y arrugados si levanto la única parte de sábana que no arrastra por el suelo. Apestamos, pero una ducha siempre limpia por fuera y por dentro.

Bajar una cuesta rodando por el suelo blando, arrancando pedazos de hierba corta y húmeda por el vaho que sueltan nuestros alientos. Manchar la ropa de frío, sudor y tierra. Besar hasta cansarnos, llegar incluso a algo más, saciar nuestros instintos y sentirnos en una vorágine de locura constante. Rodearse de gente, rodearse de carne, tirarse al suelo como si por un casual nos flaquearan las fuerzas, reír, empujar y abrazar. Pedir que suban el volumen de la música, huir de los miedos con nuestro mejor sprint, que así las lágrimas vuelen tras nosotros y perder la madrugada haciendo girar un botellín. Ver la vida pasar a través de la ventanilla de un viejo autobús ruidoso, llevando de compañía un par de bolsas del alcohol más barato. Y burlarnos de esa luna tan llena.
Que cada respiro sea un grito de éxtasis en un mundo al que no pertenecemos.

(A.M.)
Ainoa15 de junio de 2012

1 Comentarios

  • Alatiel1

    Que buenos recuerdos que me trae tu texto. Sólo ten cuidado y asi sobrevivirás para después escribir muchas historias.

    16/06/12 12:06

Más de Ainoa

Chat