Es cansado vivir así, viviendo como si no lo estuvieras haciendo, no dejando de perder el tiempo, intentando buscar salidas a este cuento, a este infierno.
Es triste sentir tanto odio, sentir que no vales nada, que no puedes hacer nada, nada bueno por nadie, nada que haga a otra persona pensar que tu vales, que eres buena o sirves para algo, nada de nada. Lo único que puedes demostrar a los demás son tus ideas de muerte, tu dolor físico y mental, tus ideas y pensamientos suicidas, tu toxicidad, tu faceta más mala, la que nadie quisiera conocer, la que todos deberían odiar.
Ya solo corren por mi cabeza imágenes dolorosas, con las que puedo torturarme, con las que poco a poco puedo matarme.
Ya no quiero sentir nada, no quiero o no puedo, ambas me suceden en un momento o tal vez en otro, necesito ceñirme a otra cosa para aliviar esa otra.
Como duele ver a los de tu alrededor preocupados por ti, ver que no haces nada aún queriendo hacerlo, ver que tu mente se frena cuando ves que están por ti y piensas que no deberían estarlo, porque tu quieres morir y solo harás que arrastrarlos.
A veces todo lo ves tan distorsionado, que algo que no es correcto, tu lo ves como tal, hablas de ello, lo enseñas, lo muestras y invitas a hacerlo, intentando convencer de que hacerlo está bien.
Y menos mal que no te creen.
El tiempo pasa y nada cambia, la vida pasa y tu pasas con ella, pero no la disfrutas, simplemente estás de paso, y actúas como tal.
Estoy cayendo en picado desde un acantilado y la caída es tan jodidamente bestial, que cambia por completo tu realidad.