Va tras de ti el frío invierno.
La autoestima es flor inevitablemente libre
y la casualidad no existe ya que el tiempo
es oro y fantasía.
No seré yo
el que alce su mano para rasgar
el abanico de los definitivos halagos;
no eres tú la diosa ni el pincel,
no eres mujer de libro sagrado
ni cataclismo de miel
y ensueños.
Va tras de ti lo frígido y lo apático.
Eres lluvia con hojas de coca,
sueño de bastones quebrados en la calle,
navaja de falsedades voraces
Eres carnaza de chacales en un mundo
de sanguinarios francotiradores