Las crisis morales, o éticas, suelen instalarse en la sociedad sin que nos demos cuenta. Hábilmente utilizadas (o creadas) por los burócratas de turno, pervierten la opinión pública acerca de cuestiones que no admiten más lectura que el sentido común, se convierten en pesos sobre espaldas curvadas por el paso de tanto tiempo sin rechistar ante peligrosas salvajadas.
Alguna respuesta aparece ya en el viento, pero como no optemos por la verdadera independencia de criterio, todos esos movimientos, que aún tienen más de románticos que de prácticos, y analgésicamente gregarios, quedarán absorbidos por el sistema.
Prefiero una revolución dentro de cada cabeza al estallido simplemente desahogante para volver a donde estábamos. Prefiero la no-cooperación
que el no saber a favor de quién cooperamos.
Tiene Huxley una novela que se titula 'La isla' en donde describe una realidad idílica exterminada por un sistema sado-masoquista que no admite la simple belleza.
Seamos bellos, pero inteligentes.
27/06/11 05:06
Estoy de acuerdo con tus palabras, estimada Susi.
Arduo es el camino nos lleva a la libertad del individuo.
Un abrazo.
27/06/11 06:06