Espléndida reflexión acerca de la madurez personal y la autonomía de pensamiento.
Cierto que a todos nos gusta que nos quieran, pero las críticas siempre laudatorias casi nunca son amor sincero.
Por eso me parece estupenda tu propuesta: me miraré al espejo y lloraré al mirarme por dentro.
Saludos.
14/07/11 06:07