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Salvar El Mundo

Es curioso cuando al cabo de 2 ó 3 décadas te colocas mansamente frente al espejo y ya casi ni te reconoces a consecuencia de los leñazos y el aire contaminado de la duplicidad. No importa tanto que hayan pasado los años, lo realmente decadente es que los ideales han ido a menos, las canas atacan sin cesar y el mundo se va convirtiendo en un lugar difícil de salvar, habiendo sido ésta una de las promesas que te habías hecho a ti mismo cuando eras un tipo revolucionario y enervado con todo tipo de injusticias. Pero, el espejo nunca miente y los años suelen venir acompañados con gotas de lluvia ácida y extenuación incorruptible. Es curioso y lamentable advertir cómo ha envejecido la paz que antaño añorabas, es difícil de entender que la bandera roja no era tan roja, es triste tener que asimilar que tras aquel discurso de equidad y bienestar social, se escondía nada menos que una excusa perfecta para timarte, para que los falsos profetas se enriqueciesen a costa de tus buenos deseos; mas, yo te entiendo, yo entiendo al revolucionario que se cansó de alzar el puño, porque yo también quise cambiar el mundo, transformar lo mustio en azul celeste, caminar por barrios bautizados por la prosperidad inalterable y niños orgullosos con la tierra que les había tocado en suerte. Yo quise nadar gozosamente entre banderas níveas de concordia, palpar el cielo con la palma de mi corazón sublevado, mejorar el mundo a base de noches sin dormir, leyendo las fábulas de los hombres buenos que pasaron por el mundo con fuerza y honor. Pero, al final, las cosas no son como nos las venden en la escuela de la rectitud: Ahora la crisis amilana al mejor de los hombres, los ideales son folletines que se colocan en el parabrisas de los coches, la pobreza suma y sigue, aquel líder político que salió a decirnos “os prometo que el poder no me cambiará”, ha cambiado, o tal vez sea que nunca cambió, y nos tergiversó las expectativas desde el principio. Actualmente el espejo vive afligido y en ocasiones desea fragmentarse. Las avenidas de la realidad han destrozado nuestras ansias de salvar el mundo. Es lo que tiene ser adulto, que aceptas la malignidad y te amoldas sin rechistar a las mentiras que no se atrevieron a describirnos en la escuela. Y es que los ideales son el último lujo de la juventud. Con la edad ese lujo se va esfumando, y llegas a la conclusión de que hay que amoldarse, subsistir y, por momentos, conformarse. Porque tal y como aseveró el gran escritor Charles Bukowski: "Se empieza a salvar el mundo salvando a un hombre por vez; todo lo demás es romanticismo grandioso o política". Y salvar a un hombre, aunque parezca poco, siempre es suficiente.
Alexandervortice08 de febrero de 2011

5 Comentarios

  • Mary

    Con lo bien que se esta siendo niño, todo tan facil, tan inocente y sin
    intenciones ocultas. Sin embargo deseando hacernos mayores.
    Creces y te vas dando cuenta de que todo esta trabado y te sientes
    como en una selva donde cualquier cosas vale para sobrevivir.

    El poder corrompre y las conciencias mueren aplastadas por la codicia,
    pero luego temen ver su reflejo....

    Me gusto tu texto, da mucho para pensar.

    Un besso!

    08/02/11 02:02

  • Indigo

    Alex no decaigas, desde el Sur irradia un cálido alba, que pasó a suplantar la isla Utopía, que se encuentra sepultada hace unos años. Aquí no hay reformas, todo se derrumba inexorablemente y nace un nuevo humanismo, llámenlo como guste, chavismo o no chavismo, yo no tengo nombre para eso, más que humanismo, donde el hombre deja de ser mercancía, que por supuesto no lo dirán los que ostentaron ser dueños del planeta y mira cuan deteriorado está.
    Saludos afectuoso pensador, hay luz.

    08/02/11 04:02

  • Indigo

    Alex no decaigas, desde el Sur irradia un cálido alba, que pasó a suplantar la isla Utopía, que se encuentra sepultada hace unos años. Aquí no hay reformas, todo se derrumba inexorablemente y nace un nuevo humanismo, llámenlo como guste, chavismo o no chavismo, yo no tengo nombre para eso, más que humanismo, donde el hombre deja de ser mercancía, que por supuesto no lo dirán los que ostentaron ser dueños del planeta y mira cuan deteriorado está.
    Saludos afectuosos pensador, hay luz.

    08/02/11 04:02

  • Igruher

    Tu reflexión es interesante porque es nuestra, la de todos los que ya hemos recorrido al menos media vida. Pero esto es así. La ideología es pura en el alma de cada individuo pero se convierte en basura cuando se apoderan de ella los políticos.
    Me gustó tu escrito, pero permíteme una crítica constructiva: con tantas metáforas conviertes el texto el una narrativa retórica y queda algo desvirtuado. Bueno es solo una opinión. Gracias no obstante por tu reflexión.

    08/02/11 05:02

  • Alexandervortice

    Gracias por vuestros comentarios y críticas que con gusto tomo nota de ellas. Un abrazo.

    09/02/11 07:02

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