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"the Wall"

Lo expresa Pink Floyd 31 años después en “The Wall”: “No necesitamos educación. No necesitamos control mental. Nada de oscuro sarcasmo en la clase. Profesores, dejad solos a los alumnos. ¡Eh!, profesores, dejadles solos. Todo ello, no es más que otro ladrillo en el muro”. Ese muro al que se refería el grupo británico con su excelsa música psicodélica continúa presente en nuestra sociedad, tal vez hoy más que nunca, la canción continúa. “The Wall” (el muro) se hace presente en las iniquidades, se muestra cada vez que nos intentan –“ellos”- gobernar con sus manos y sus enseñanzas de hiel, de vanidad y degradación social. Queda claro, viendo la crisis moral y financiera que sufrimos, que la educación ha fallado, que muchos adultos precisan volver a las aulas, que muchos niños, con su inocencia, dan ejemplo de consciencia y equilibrio. Y Pink Floyd perpetúa: “No necesito brazos a mi alrededor. No necesito drogas que me calmen. He visto las palabras escritas en el muro. No pienses que necesito algo. Todo ello, no fueron más que ladrillos en el muro”. Gran verdad es la que nos dice que no somos más que un ladrillo en el muro; mas, juntos resistimos, “si me otorgas tu mano resistiré”, si permanecemos alejados y gozosos, lejos de las erudiciones de siempre, enseñanzas maquiavélicas, farsantes… Fragmentados caemos, y tengan por seguro que “ellos” desean vernos en el suelo, revestidos por sus yugos y sus simulaciones, por sus puños de insinceridad y materialismo cuajado. Afuera, las calles están mojadas esta noche; todos nacemos como originales, casi todos morimos como copias. En las calles los vagabundos se exponen faltos de esperanza, hambrientos y enclenques, sin techo y sin linaje, sin un lugar donde cobijarse de la lluvia asesina y las navajas de los vándalos que anhelan desconcierto y dinero fácil de conseguir. “La pared era demasiado alta, como tú puedes ver. No importa cómo él lo intentó, no podría romperse libremente. Y los gusanos se comieron su cerebro. No les ayudes a enterrar la luz. No te des por vencido sin luchar…”. Aunque semeje sólo un ensueño lo que Pink Floyd quiso expresar en “The Wall”, es insigne agarrar la guitarra y llorar junto a ella conmemorando lo que suponen estos términos salidos de un álbum legendario, publicado en 1979, y que a día de hoy sigue siendo devotamente resonado, incitándonos a combatir reciamente aunque caigamos, dejándonos la piel ante el Sistema que intenta controlar nuestros pasos, que ambiciona convertirnos desde la niñez en “ladrillos conformes” para construir un muro de desigualdad, prejuicio y malestar. Sean, pues, apreciados lectores, lo que ansíen ser, dejando a un lado la sobrevalorada educación.
Alexandervortice11 de octubre de 2010

3 Comentarios

  • Beth

    ¿Qué educación? Hay varios tipos, cada cual según el dirigente de turno. Para mi la única que vale es la que simplemente enseña a pensar a cada uno por si mismo. Y eso, pensar por si mismo, cada vez se hace menos en este mundo que entre todos hemos creado

    11/10/10 02:10

  • Alexandervortice

    Para nada estoy en desacuerdo contigo, amiga Beth. Gracias por tu comentario.

    11/10/10 04:10

  • Beth

    A ti por tus reflexiones

    11/10/10 04:10

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