Certeza
Me acordaba de los muertos, de mis muertos, de los que conocía.
Se presentaron sin avisar, unos cuando aún estaba despierta, otros en sueños, en sueños.
Me recordaban que seguían ahí, en mi cerebro, en mi corazón, en mi vida.
Quería hacerles sitio y comprenderles.
La muerte primero golpea, golpea fuerte, después hay que hacerle sitio.
Y no sabes cómo.
No entiendes, ni aceptas, ni quieres.
Qué suerte no haber muerto.
El corazón está partido, duele, molesta, hay que arrancarlo.
Y están los muertos que se quisieron ir, qué egoístas, les quieres perdonar pero no puedes.
Esos son los que me asedian y no sé qué me quieren decir.
Intento comprenderles, lo intento.
