Mi Octava Maravilla.
Por unos días fuiste mi octava maravilla,
mi otro par de zapatillas.
Que no quiero el final arruinarte,
pero parece que tendremos un buen viaje.
Y es que contigo la arena me parece canela.
Yo en mi maleta quería encontrarte,
y fugarme contigo a cualquier otra parte.
No quiero ser una poeta,
y no es por bajarme la bragueta.
Pero de nada vale si no tengo tus lunares.
Esa luna lunera,
que no irradia ni la mitad de tu belleza.
Que ahí abajo tengo un velero,
toquemos el cielo que está terciopelo.
Por unos días fuiste mi octava maravilla,
mi otro par de zapatillas.
Deseos te pintaba cerca de la orilla.
Me jugué con la distancia nuestra suerte,
pero perdí la partida.
Y ahora yo hecha añicos,
y tu tan salá con tu abanico.
Y lo que empezó como un sueño,
acabó siendo pesadilla.
Y ahora estás en mi más preciada guardilla,
en esa memoria de toda la vida.
De un tiempo a esta parte,
ya no hay nada que demore tu viaje.
