Voltereta
Al final uno siempre acaba encerrado en la cárcel del propio cuerpo, en esa existencia que nos es ajena y por la cual transitamos, como simples sombras en un paisaje de bruma gris.
A veces es bueno ser un ignorante, para no ver más allá de nuestros propios miedos.
Sigues escribiendo muy profundo creo que has marcado un antes y un después en tu poesía. Eso es señal de madurez poética.
Un saludo.
21/10/15 09:10