Última noche en el espectáculo convexo de las ilusiones de una mente más (cualquiera).
Divagaciones sutiles por los corazones nerviosos que expresan un adiós pero buscan un quizá.
Ayer no amaneció en el campo del perdón,
hoy la lluvia ha golpeado el polvo con su tic-tac indiferente
y mañana es mañana y no importa pues todavía es mañana.
Mientras el olfato asesino del criminal juega a la fortaleza de la frialdad,
y uno caza los pasos de algún camino que lleva a alguna casa en alguna ciudad (cualquiera).
Se abriga en el sinsabor de la imaginación,
se acurruca en los ojos de la razón y busca una excusa para impedir que las gotas resbalen con su tic-tac por sus mejillas.
El hoy no existe,
y hoy soñé que el cementerio abrió sus puertas a ángeles turistas por la vida,
ansiosos de un brochazo al lienzo que se sostiene en el último cuartel de pintores.
En agosto hiela pues es invierno,
y hiela además en mi Agosto pues ya no lo puedo abrigar.
Dos semanas bastan,
inclusive un día menos,
pero agosto no lo es tal sin mi Agosto.
Y Julio es tan solo un vistazo al recuerdo,
al criminal que caza un camino,
al tic-tac que recorre envejecido tus ojos con razón
y, corazón,
aún te llevo en la imaginación sin sabor (cualquiera).
Minutos ajenos a mí me contradicen,
en una balada a Agosto que pasó antes de Julio,
una sinfonía estancada en un susurro,
son versos que me llaman a que en esta noche,
me importe tan solo tu sonrisa.
(Cualquiera).
