Y el hombre abrió sus manos, las elevó como implorando al cielo una sonrisa.
Y la mujer vació los cántaros de sus ojos, elevó la mirada como implorando al cielo un abrazo.
Y los niños observaron la escena y pensaron, con aquel pensamiento de niños: Son payasos. Pero no tienen disfraces. No importa, son payasos, mira como actúan, están jugando. Vamos a jugar con los payasos.
Y los niños se acercaron a los padres, se abalanzaron contra ellos, jugando, sonriendo, abrazando; pero los padres miraban al cielo, implorando por algo, pensando, con aquel pensamiento de padres: ¿Por qué?. ¿Por qué?.
Y el dinero de la universidad, y los juguetes de los niños, y las verdades ocultas, y los amigos, el colegio, la personalidad, que el trabajo, que hoy toca, cariño, la pose que tanto nos gusta, tenemos que ir a la reunión, que el trabajo, la personalidad, los niños, los payasos, que van a ser cinco años el próximo sábado, ven, acércate, bésame como antes, tócame como antes, no importa, los niños están jugando con el playstation, ya pusieron cable e Internet, ven, estamos solos, que el trabajo, que la personalidad, que los niños, que la vida.
La vida. Tanta mierda, bastaba decir la vida.
Dime pequeño pajarillo que sobrevuelas los ríos del mundo buscando algún pececillo al cual pescar, qué se siente ser libre, qué se siente ser perfecto, háblame del poder, déjame escuchar acerca de la igualdad, cuéntame el cuento del engaño, cuéntame de los payasos, del trabajo, de los niños, de la personalidad y tanta mierda, bastaba decir la vida para resumir, tanta mierda.
