Bajo la sombra del pino cubierto de nieve cayendo al suelo
permanece perdiendo su mirada hacia el horizonte nìtido y azul
apretando en su mano un papel vacio murmura en llanto
una melodia que casi no suena entre el eco de la madrugada
busca sin dormir, descansando levemente la carga del alma
encaprichandose con atrapar los rayos solares se equivoca
perdiendo la mas minima esperanza, hechandose a correr,
aunque de repente alcanza oir a lo lejos un grito desesperado
que le llama con voz aguda, una voz errante que se rompe,
quiere llegar hasta el infinito caminando sin rumbo ni sentido
y siempre toca sola su viejo violin envuelto de oscura pintura
añorando con cada nota entonada la compañia de su par
trasmitiendo la nostalgia que siente al querer escuhar el dueto,
en sus ojos traga las lagrimas que esta a punto de derramar,
¿Y todo para què? ... Para cumplir una tonta promesa.
Ya que aunque el piano amigo se ha perdido,
no quedaràn sus palabras dispersas al viento.

Amanojaku Kaya 6.

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