Algún día aprendí a esconder miradas. Juntos aprendimos a mirarnos sin mirarnos, a encontrarnos en soledad.
Y en medio de la tormenta aprendí a secar lágrimas con pañuelos mojados...
Y en medio de tu ausencia, yo me quedo sin nada, robando sueños al cielo negro en esta noche tan sola...
Voces a mi espalda lanzan gemidos, me susurran la pena que dejaste en esta habitación. No puedo dejar de oir esas voces, esas amantes de la muerte vuelven a enredarse con las sombras. Y me dejan aquí abandonado, se dedican a romper mi mirada en el claroscuro de la vida, en el olor a crisantemos, en las voces que bailan con la vida y juegan a no verme. Y lo más probable es que nunca me vean. Nunca jamás entenderán el sentimiento que recorre las venas de un amante prohibido.
Porque después de todo ¿qué me queda? sólo me queda esto... una hoja vacía, la única testigo que me promete escuchar y no partir en trozos mis palabras.
Ya hacen cuatro años que te marchaste, y ¿sabes qué? sigo aquí esperándote en esta habitación noche tras noche, enloquecido con las palabras que me dicen esas voces cobardes, muerto en locura y vivo en sueños. Roto en despedidas de miel, y palabras punzantes.
No sé cuanta soledad más tendrá que venir a hacerme compañía antes de que decida morir de amor...
Y mañana también será de noche.
http://www.youtube.com/watch?v=tcSM0v9XcWA
se dedican a romper mi mirada en el claroscuro de la vida, en el olor a crisantemos, en las voces que bailan con la vida y juegan a no verme, pues tus voces transmiten muy bien ese desaliento.Saludos.