La tarde sostiene tranquilidad, el viento la agita, intenta llevársela por sus caminos y senderos de ruido con movimiento y transparencia, pero la tarde sostiene tranquilidad.
Al otro lado de la ventana se pueden ver las briznas ladeadas que aguantan.
Sobre la mesa una lámpara, un tarro bote de rosca tinta, una pluma relatando en silencio, ¡que algún pájaro ahí fuera canta!
A sus espaldas los versos, las estrofas; adjetivos verbos.
A sus espaldas las sufridas cervicales, las lumbares cargadas, llenas de palabras; de signos de interrogación, de puntuación, de espacio entre palabras; de rimas, de acentos, de comienzos; y finalmente de puntos finales.