TusTextos

Las Luces de París.

No puedo ni siquiera
echarte de menos como me gustaría.
Ha pasado tanto tiempo
desde que decidiste dejar de relacionar
el buen sexo con la encimera de mi cocina
que no consigo ya recordar
en que minuto me arrancabas el orgasmo.

¿Cuántos timbres dejaba
sonar mi teléfono antes de descolgar?
¿Cuántas palabras necesitábamos
para empezar a no necesitar ninguna?

Y mi memoria no es más que un lago
con agua tan insípida, incolora e inodora
como lo somos tú y yo
cuando nuestros kilómetros
se acuestan con otra distancia
que no es la nuestra.

Podría escribir cuanto te echo de menos
confesarte que tus ojos siguen clavados
en mi nuca
y que he vuelto al tabaco
porque estaba hasta los cojones
de fumarme encima.

Hasta podría contarte
cuantas espaldas he arañado
pensando en tu piel.

Pero no lo haré
porque todo eso
sería ponerme demasiado en evidencia.
Un cartel luminoso en las bragas
reconociendo que del obligo para abajo
te añoro aún más, si cabe.

En lugar de eso
me he comprado un calendario nuevo.
Sin cruces, sin viajes previstos
sin planes de futuro.
Y te prometo que es la primera vez
que he conseguido percatarme
de la inmensidad del tiempo
con lo corto y pasajero que me parecía
cuando quería compartirlo contigo
y con tus miles de lunares.
Ahora me parece un precipicio
y las agujas del reloj
me apuñalan por la espalda
mientras nuestros besos reviven
en segundos distintos
y ya no se hallan nuestras bocas.
Una puta disfrazada de desamor.

Dicho así, suena hasta poético.
Y es que yo nunca he negado
que recién levantado
tuvieses un aire de poesía francesa;
de aquella que una bibliotecaria tímida
lee en sus momentos más íntimos.
Pero hacer verso a alguien
no siempre es recomendable
sobre todo si ya no queda nada.
Como si tu gramática
se proclamase en huelga
cuando quieres follártela
en otros recuerdos que no son con él;
en otra realidad que no le representa.
En otra versión de ti misma
que como todas las demás
no puede escapar de las historias a medias.
Entonces estás tan perdido
como cuando te lo tiras con calcetines
y te sigue pareciendo infinitamente sexy.
Así, del mismo modo.

Creo que es ahí
cuando empiezan a sobrarte
todos los domingos
y todas las canciones tristes.
En ese punto
ya no están encendidas
ni las luces de París.
Amparoiglesias10 de julio de 2014

8 Comentarios

  • Lumino

    Señorita Amparo, tengo el honor de hacerte el primer comentario en este sitio. En primer lugar quiero darte la bienvenida. Siempre es grato encontrar que cauce arriba sigue habiendo agua fresca.
    En cuanto al poema: bendita sea la inspiración aunque salga de un charco de sentimientos que cubre más de lo que debiera.
    Te deseo una buena estancia en este lugar y mucha suerte.
    Saludos

    10/07/14 01:07

  • Amparoiglesias

    Es genial que seas el primero en comentar, porque también has sido el primero en animarme a pasar por aquí, así que es lo justo.
    Gracias por tu impulso, tus palabras y tu dedicación con mis letras, si yo te estoy agradecida, ellas aun más.
    Un saludo grande.
    Amparo.

    10/07/14 02:07

  • Indigo

    Leerte fue un recorrido completo, desde la A hasta la Z y como si me la dirigieras a mi por lo penetrante del sentido dado, lo incisivo del texto.
    Es un reclamo en Si mayor para cuando nosotros los hombres nos olvidamos fácilmente de quién más comparte con nosotros: Ella.
    Saludos Amparo.

    10/07/14 09:07

  • Amparoiglesias

    Muchas gracias por dejar que tus pupilas se descuelguen entre mis letras, y por supuesto, por tu tiempo y palabras.
    Si algo busco cuando escribo, es que quien me lea, se sienta parte del poema, por lo que es gratificante que te hayas sentido destinatario de mis palabras.
    Miles y enormes saludos Indigo.

    10/07/14 10:07

  • Sandor

    Este poema es una maravilla caústica y ten bella El aplauso es largo amiga.
    Carlos

    11/07/14 10:07

  • Amparoiglesias

    Muchísimas gracias Carlos, por tus palabras y tu magnífico aplauso!
    Un saludo enormemente enorme.
    Amparo.

    11/07/14 06:07

  • Voltereta

    Me gusta tu poesía, es novedosa y audaz, rompe con los esquemas generacionales, que encasillan la poesía a la belleza tradicional. Es hermoso ver el mundo del pensamiento íntimo a través de una poesía, que pareciera epistolaria. El intimismo, es sugerente en si mismo e involucionario en el pensamiento del lector, sin embargo tu lo expansionas y lo haces alcanzar el horizonte, en el que pierdes tu mirada evocadora.

    Una forma de escribir muy sugerente, a la vez que cautivadora.

    Un saludo.

    12/07/14 11:07

  • Amparoiglesias

    Muchísimas gracias Voltereta, es sensacional que encuentres en mis líneas algo novedoso, pues con la cantidad de escritos que leemos al cabo del día, hallar novedad en un texto, se vuelve un gran piropo.

    Es cierto que el intimismo, como bien dices, es en sí mismo sugerente, a veces creo que es uno de los mejores amigos que debe de tener un escritor, y a través de él, crear escenarios únicos que pertenezcan en exclusividad al autor, pero que a la par, arrastren hasta él a todo el que pase sus pupilas por allí.

    Gracias de nuevo!

    Un saludo inmenso.

    12/07/14 01:07

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