TusTextos

Siete, El Número de la Mala Suerte.

Recuerdo cuando tus brazos abiertos y estirados
se parecían a las vías de un tren
que siempre nos abandonaba
en el andén número siete.

Y cuando los siete días que tiene una semana
se hacían domingos.

¿Qué quieres que le haga
si siete besos nunca son suficientes?

Quiero que sepas que boca abajo
el número siete se parece
a la eternidad de un calendario que no existe,
colgado en una pared sin clavos,
sujeto por tus pupilas
que se hincan en mi ropa interior
para evitar que me desnude en otras promesas.

He tomado siete veces aire,
justo los mismos días que llevaba sin él
porque todo olía a tu perfume.

No sabía donde meter la nariz
para poder volver a respirar
y no sentir que se me ahogan los ojos
en lágrimas que ya no saben a sal.

Siete azucarillos en un solo café,
a ver si consigo endulzar las papilas gustativas
que no devoran ya tu piel
por miedo a encontrarse con otros besos
que no encajan en mis labios.

Y tener que preguntarte
cosas que no quiero escuchar;
y que tengas que responderme cosas
que no sabes como explicar.

Necesito que me hables
en los siete idiomas que conoce tu lengua;
aunque no salgas del país
que te supone mi cuerpo,
aunque no cruces las fronteras
que te aporta mi cama;
aun a pesar de que sean mis bragas tu única bandera.

Tengo las siete lágrimas que se me escurrieron
justo antes del diluvio
encerradas en una caja de zapatos;
no las dejo salir por miedo
a que me den alergia los recuerdos,
y toda arca de Noé
parezca pequeña para meter las cientos de cosas
que iban a empaparse.

Que son siete los duelos
a los que he acudido
desde que te cruzaste con mi vida
vestida de lunares
y te arrancaste por bulerías
al segundo en que mi falda subía
y te llegaba hasta la nota más aguda
de toda tu melodía.

Siete duelos,
en el primero murieron las promesas
en el segundo la confianza
en el tercero la estabilidad
en el cuarto la razón, que se enemistó
con todo lo que tenía que ver con nosotros
en el quinto murió el futuro
en el sexto todas las margaritas
con las que habíamos jugado
al ‘’me quiere, no me quiere’’
y en el séptimo el amor hacía las maletas
y se mudaba a otro corazón.

Le vimos salir por la puerta
con la seguridad en los bolsillos
y el equilibrio entre las manos;
nos decía adiós cansado de todos nuestros vaivenes
que cada vez sabían más a tequila
y menos a saliva.

Siete estrellas fugaces
me han negado sus deseos
y se han apagado delante de mis ojos
con la misma rapidez que se esfuma el verano.

Cuantas veces he sido vela
y me he derretido en los siete puntos clave de tu cuerpo,
acomodándome a tus recovecos
y apoderándome de cada una de las esquinas
que antes de que mis orgasmos pasearan por allí,
presumían de desahogo espacial.

Que todo lo que tengo en la garganta
cuando me prohibido pronunciar tu nombre,
son siete nudos marineros
que se me cogen a los dientes
y me molestan en cada una de las vocales
que llevan tus apellidos.

Que hemos cometido tantos fallos,
pero yo me quedo con los siete
que nos han destruido,
porque ya que voy a escribir sobre ellos
que menos que destacar los trascendentes;
uno por cada vez que despertabas
y habías cambiado de idea,
y todo lo que anoche
a las siete de la madrugada
con más copas que ropa
te unía a mis latidos,
ha perdido hoy todo el sentido.

Y oye, que lo entiendo,
que a veces solo necesitas
siete razones para quedarte
y las mismas para marcharte.

Que igual necesitabas siete manos
para sujetarte los tobillos
y que no pudieses caminar
detrás de otro destino
que no hablase de nosotros,
pero yo solo tengo dos
y todo lo que pude hacer
fue arañarte la piel como un gato.

Como un gato para recordarte
que en las siete vidas que tienen,
yo te estaré esperando al final del camino
que parece no llegar a ninguna parte,
con una cajetilla de cigarrillos
a la que solo le quedan siete.

Uno por cada día de la semana que vas a quedarte
antes de cambiar de opinión.
Amparoiglesias23 de julio de 2014

8 Comentarios

  • Libelula

    Yo no se alargarme , solo decir que me gusta mucho como escribes niña.
    Un abrazo

    23/07/14 08:07

  • Sandor

    Apareció el temido siete. Al ver el título, me dije, bueno tu siete (“encerrado en caja de zapatos”…”encerrada”, en tu poema, en una más de las bellas figura alegóricas-mitológicas (la caja de Pandora), que salto a salto, pisando despacio, he leído; pero el texto está tan lleno, pletórico de figuras; voy aprendiendo de tu ironía filtrada en muchas estrofas Y el temido siete me causó el mismo placer que si fuera el número seis, y me obliga a extenderme.
    Ya te he dicho la atracción fatal que me causan los números primos, al no dejarse atrapar más que por esa unidad que yo considera la sombra de todos y por sí mismo. Una alegoría del individuo solitario, y no me creo que lo hayas escogido al azar, porque tras leerte varios poemas , que pueden parecer que no resumen nada, pero si contienen la libertad de la que no escribe a la moda ni a las circunstancias temporales, esos versos han eclosionado ahora pero viajan hace años por tus arterias…y se nota, vaya si se nota.
    El número 7 para mí viene marcado por la fecha de mi nacimiento, 7 de octubre, pero por algo de lo que tu revelas pronto y muy bien, tanto es así, que así , en otras palabras mi abuelo me habló del siete:

    Tú . Quiero que sepas que boca abajo
    el número siete se parece
    a la eternidad de un calendario que no existe,
    Mi abuelo:
    -línea recta, partida por la mitad, en busca de un ángulo recto (viene a decir lo mismo, la eternidad, me decía ,del número primo que es el líder, como el capitán del equipo. La esquina de la vida. Eso no se me olvida nunca, lo mismo que las trayectorias de la vida ..y cuantas variables la desvían.

    Pero el texto es apasionante por esta presencia del siete como figura del Apocalipsis, y tampoco me parece casual, no hay casualidades en nada de lo que escribes, lo único, que ocupo demasiado en el análisis, pero aquí no se pueden adjuntar archivos comprimidos, espero que lo entiendas.
    Ese siete boca abajo eterno o recta dividida a la mitad en busca de la eternidad del ángulo recto. Es el alfa y el omega, principio y final (símbolos que aparecen en la bandera de Asturias y en todos los monumentos del arte asturiano, arte diseñado por dos reyes, Alfonso II y Ramiro I, y que supieron plasmarlo en sietes en los relieves las obras más representativas) que nunca termina del todo (tu eternidad de un calendario). Ya voy a concluir antes de que me prohíbas extenderme más. El FINAL, el final que vuelve al Apocalipsis :

    “Como un gato para recordarte
    que en las siete vidas que tienen,
    yo te estaré esperando al final del camino
    que parece no llegar a ninguna parte,
    con una cajetilla de cigarrillos
    a la que solo le quedan siete.

    Uno por cada día de la semana que vas a quedarte
    antes de cambiar de opinión.”

    Y aquí, voy a citar a DERRIDA, ya que mis palabras no lo podrían expresar mejor que él: El fín se aproxima, pero el Apocalipsis es de larga duración”.
    Me dejo miles de cosas(las cuatros esquinas más tres heraldos del Apocalipsis de SAN jUAN,ESAS LÁGIMAS QUE HAN PERDIDO el sabor a sal... que anoté, pero comprendo que me extiendo demasiado. Gracias por prestarme tanto espacio y regalar tanta imaginación y belleza.

    23/07/14 11:07

  • Amparoiglesias

    Muchas gracias Libélula, para mi es un placer que te guste, en pocas o en muchas palabras, lo importante es que consiga teneros aquí un ratito, es fabuloso.

    23/07/14 01:07

  • Lumino

    Me encanta como has conseguido cerrar el texto; la última estrofa y la conclusión. Muy bueno.

    23/07/14 01:07

  • Amparoiglesias

    Carlos, no tienes que agradecerme nada, este espacio es para eso.
    La verdad es que tienes mucha razón, nada de lo que he escrito ahí es por casualidad. El número siete significa muchas cosas como espiritualidad, análisis psíquico, conciencia.... y dos de ellas IDEALISMO y REPRESIÓN, son las protagonistas en este texto, la forma de la que idealizamos a veces a quienes nos rodean y a quienes queremos, las hacemos tan grandes, que consiguen arrancarnos textos de por vida... y la represión que siempre nos imponemos en determinados momentos, para mi a veces escribir, aunque siempre sea una liberación, también es una represión porque me permite desahogarme, desenredarme el alma, pero sin necesidad de decírselo a la otra persona, lo escribo y lo lanzo al aire, como una moneda.
    Además, los amantes de ese número, lo son de la lectura, de la actividad intelectual, del aislamiento y extremadamente perfeccionistas, a la par que reservados y enemigos de las distracciones.

    Y sí, como dices escogí un número primo, que solo es divisible por el mismo o por la unidad, y me resulta que eso esconde a la felicidad, o nos la proporcionamos nosotros mismo, o solo puede hacerlo otra persona, pero no cualquier, sino ESA PERSONA, esa única persona.

    Respecto a las lágrimas que han perdido el sabor a sal, bueno, creo que cuando derramamos muchas por alguien, tantas pero tantas, la sal, que es símbolo de sanación pues ayuda a las heridas, se esfuma y las lágrimas ya no son sanadoras, sino simplemente, símbolo de anhelo.

    Yo también me extendí mucho Carlos, pero quería responderte a todo.
    Amparo.

    23/07/14 01:07

  • Amparoiglesias

    Muchas gracias Salvador, al final todo se resume en semanas que pasan, y en todas las decisiones que tomamos en esos siete días.

    Siempre es genial tenerte por aquí.

    23/07/14 01:07

  • Dairo

    Mientras más leía, más dudaba que pudieras seguir construyendo a ese ritmo este magistral poema, pero ya vez, a cada estrofa leída te superabas más y más, yo ya no se que decirte, porque me has dejado sin palabras, solo sé que me ha encantado y continua así, que como el rey Midas, todo lo que tocas, lo conviertes en oro. Un beso grande desde Cuba...
    Dairo

    23/07/14 07:07

  • Amparoiglesias

    Muchísimas gracias Dairo, me alegro muchísimo saber que te ha gustado, y que me has dejado tus pupilas un rato, entre mis palabras, para poder yo también disfrutar de los ojos que me leen.

    Me encantaría que pasaras por aquí a menudo.
    Yo también te he leído, y algunas cosas se han quedado conmigo.

    Amparo.

    23/07/14 09:07

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