TusTextos

Todas Tus Vertientes.

Que siempre te he echado de menos
en todas tus vertientes.

Te he adorado cuando has sido tiempo
cuando tu respiración sonaba a tic-tac
y me recordaba que estabas aquí.

Cuando tus manos
por los surcos de mi cuerpo se perdían
llenando de recuerdos mi memoria.

He amado cada vez que tu paso de los días
me ha recordado que nada es para siempre
y que te fuiste
como se va tu canción preferida
cuando se escapa por el reproductor la última nota;
y he estado aquí
cuando has decidido volver
a todos nuestros puntos y finales
para hablarme de la relatividad del tiempo.

Me gustabas en forma de cronómetro
contabilizando cada hábil despedida
y cada fiel reencuentro.
Y bueno, como reloj de arena
poniendo un granito a cada uno
de nuestros planes de futuro
hasta formar montañas que tarde o temprano
nos han dejado pasear por sus cimas.

Me he descolgado por tus agujas
por las del tiempo
y por aquella que tantos años
llevaba escondida en tu pajar.

Te he amado como el calendario
que me miraba nostálgico
cuando los días de lluvia no hacía más que desear
que andases por las casillas
de sus números y de sus meses.

Después, me he enamorado de ti
cuando has sido esperanza;
cuando cada mañana despertaba con la idea
de que ojalá hubieses venido a pasar la noche.

Cuando bebía capuchino
con la irremediable necesidad de hacerlo para dos.

Y es que, si las horas muertas
consumida por la ausencia
habrían acabado con cualquiera,
a mi sólo me servían para escribir
lo aburrido que era todo sin ti.

He adorado concentrarme
para tratar de visualizar
como tiene que quedarte un peta entre los labios
y una copa entre los dedos, y si, yo entre tus piernas.

Te he imaginado con tan poca ropa
que llegué a desear que en tu armario
sólo tuvieses un par de perchas vacías.

Después, te he amado cuando has sido debilidad
cuando todo me recordaba tanto a ti,
que para que cojones quería yo vivir
si no andabas por aquí.

Cuando todos los ojos y todas las bocas
me miraban inocentes y desconocidas
desde la barra de un bar
y al pasar las doce
como si mi hada madrina hubiese desecho
esa tonta idea de creer que podía besar otras ganas
y otras manos que no fuesen las tuyas
he vuelto a encontrarte entre montones de invitaciones
tan faltas de gracia como lo era yo en aquel momento.

Y he vuelto a casa, siempre sola.

Es que, al final, terminabas por ser esas ganas
de morderte tan fuerte
que el veneno llegase aprisa hasta tus venas
y quedases condenado a dedicarme todos tus insomnios.

Cada vez que después de una discusión
y de prometerme a mi misma que se acabó lo de seguirte
como el ciego sigue al perro
he caído rendida cuando el eco de tu risa ha rebotado
por todas las avenidas de mi apestada mente.

Y que enfermedad más maravillosa aquella que te sana
mientras acaba contigo, ¿no?

También te he adorado cuando has sido droga
esa adicción eterna que te anula
la sensación de haber tocado fondo.
Se me olvidaron los límites, las barreras, las fronteras...
Ahora todo pasaba a ser un campo de batalla abierto
sin una sola trinchera donde parar a coger aire o balas.
O corrías o morías.
Y al principio no lo notas ¿sabes?
Pero cuando los kilómetros empiezan a ser unos cuantos
y el camino ya no es de asfalto
las piernas te flaquean y vienen las balas:
boom, la primera llega cargada de reproches;
boom, la segunda son errores,
boom, la tercera reencuentros...
Y así hasta que no queda ni una sola en el jodido revólver
y tú pareces un colador de momentos.

Llegas a casa destrozada y dolorida
pues después de una buena raya emocional
una siempre necesita descansar.

También te he querido cuando has sido error
fracaso o tropiezo.
Cuando no hemos sabido canalizar
todo aquello por lo que moríamos;
cuando hemos discutido hasta por las cosas
que estábamos de acuerdo.

Te he amado cuando te has ido
mientras yo te arañaba la espalda
tratando de llegar a tu corazón desde atrás
y que difícil tarea
porque cuando alguien te da la espalda
sentimentalmente hablando
puedes gritar o patalear
o incluso como hice yo
tratar de amordazar a su corazón
que dará igual,
porque por primera vez y sin que sirva de precedente
tú no estás en su campo de visión;
eres la perspectiva de atrás y esa
es imposible visualizarla cuando te has empeñado
en caminar hacia delante.

He adorado pasar horas
anudando nuestras mil caídas e irónicamente
hacer con ellas un par de cuerdas
que nos mantuviesen unidos.
Da igual sí inestables, titubeantes o inseguros;
eso daba igual,
porque mientras las derrotas hablasen de ti
yo siempre estaba dispuesta a escuchar.

También, me he enamorado cuando has sido letras.
Cuando Bécquer me recitaba su poesía
después de haber infectado mis pulmones con hierba.

Cuando Cortázar, me confesaba que aquello de
"sólo nosotros sabemos estar distantemente juntos"
lo había escrito por ti y por mi.

Te he amado cuando ningún texto era bueno
si no hablaba de ti;
de tus manías y recovecos;
de que la parte más bonita de mi
se encontraba en los bajos de tu ombligo
y en el lado izquierdo de tu pecho.

Adoraba malgastar mi tiempo
jurándole a Zafón que Marina
debía de haberte conocido para ser capaz de afirmar
que "sólo recordaremos lo que nunca sucedió".

Y eh, Bukowski
que a mi también me ha matado todo aquello que amo
pero he salido mejor parada
porque después de morir
follar con él siempre ha sido una resurrección.

Y por último
¿sabes cuándo te he amado hasta sentir que el corazón
bombeaba adrenalina?
Cuando eras amor y oxígeno.
Amparoiglesias07 de agosto de 2014

14 Comentarios

  • Voltereta

    Un amor tiempo-espacial. El tiempo una sucesión de vicisitudes contradictorias, en el que a veces nos sentimos ángeles y otra demonios. Un lapso de incertidumbres, en un latir acompasado, marcado por el guión del segundero, donde todo acaba por pasar y al segundo siguiente no hay vuelta atrás.

    El espacio una medida dimensional en la que nada es lo que parece y todo nos lleva a engaño. No somos capaces de calcular las distancias, cuando nos dejamos llevar por el corazón nos creemos cerca, cuando nos influye la razón nos sentimos lejos y cuando aparece la verdad ni siquiera existimos. Somos simples sueños en el espacio tridimensional de una vida, en la que actuamos como marionetas movidas por unos hilos que nos son ajenos. Cuando esos hilos se sueltan somos simples utensilios desmadejados, que hemos sido utilizados en un escenario, por el que transita la energía que a veces creemos sentir.

    Soy muy malo hablando de amor, pues en realidad soy un incrédulo de la vida, en todo lo que esta conlleva.

    Bueno, no me extiendo más, no quiero ser pesado.

    El poema se podría catalogar como obra de arte emocional y como un paisaje surrealista, atrapado en el vórtice, del pensamiento de su creador.

    Como siempre un auténtico placer leerte, se me acaban los adjetivos.

    Un saludo.

    07/08/14 08:08

  • Creatividad

    Cada verso, una verdadera historia. Cuanto tienes que contar! Besos

    08/08/14 03:08

  • Libelula

    Me gusta.
    :)

    08/08/14 08:08

  • Amparoiglesias

    ''Y cuando aparece la verdad ni siquiera existimos'' que razón tienes Voltereta... si, somos sueños o al menos estamos hechos de la misma materia que estos, como decía Shakespeare.

    Todo se mueve en un tiempo y un espacio, lo que pasan es que a veces no son los adecuados o los correctos...como si la vida te diese a veces lo más complejo, como es coincidir en gustos, en pasiones, en amor, y te negara la otra tanda que se necesita para que vaya bien: espacio y tiempo, y hasta circunstancias.

    No eres malo escribiendo sobre nada, de hecho me atrevería a decir que jamás he leído poemas tan buenos como los que te he leído a ti hablando sobre cosas tan mundanas que escapan a todos los ojos, menos al tuyo.
    Estoy segura de que eres un observador nato.

    Muchísimas gracias Voltereta, tus visitas siempre son sensacionales.

    Amparo.

    08/08/14 12:08

  • Amparoiglesias

    Muchísimas gracias ''Creatividad'', es fabuloso que halles historias diferentes en cada uno de los versos...eso quiere decir que sabes desgranarlo, deshilacharlo... y por tanto, ver su trasfondo.

    Amparo.

    08/08/14 12:08

  • Amparoiglesias

    Gracias Libélula! Es genial que te guste y que me leas, como siempre, un placer.

    Amparo.

    08/08/14 12:08

  • Sandor

    Amparo, esto un poema de amor del bueno, sin fisuras...que lo firmas en la primera estrofa:
    "Que siempre te he echado de menos
    en todas tus vertientes"
    ...y creo en el amor así, porque lo viví en mi casa, mis padres estaban realmente enamorados, sin fisuras, y cuando perdí a mi madre, supe del dolor del amor al ver a mi padre, a serle fiel hasta la muerte. Este poema es de amor del bueno, aunque no tenga un buen final, pero no me importa, me quedo con ese arranque :
    "Que siempre te he echado de menos
    en todas tus vertientes"...así era mi padre.

    Un abrazo
    Carlos

    08/08/14 12:08

  • Sandor

    Amparo, esto un poema de amor del bueno, sin fisuras...que lo firmas en la primera estrofa:
    "Que siempre te he echado de menos
    en todas tus vertientes"
    ...y creo en el amor así, porque lo viví en mi casa, mis padres estaban realmente enamorados, sin fisuras, y cuando perdí a mi madre, supe del dolor del amor al ver a mi padre, a serle fiel hasta la muerte. Este poema es de amor del bueno, aunque no tenga un buen final, pero no me importa, me quedo con ese arranque :
    "Que siempre te he echado de menos
    en todas tus vertientes"...así era mi padre.

    Un abrazo
    Carlos

    08/08/14 12:08

  • Amparoiglesias

    Entonces estoy segura de que debió de ser un gran hombre, solo aquellos que lo son, sienten el amor así, pues para hacerlo uno tiene que olvidarse, al menos un poco, de si mismo.

    Es amor del bueno porque solo los amores de verdad lo son, todo lo demás son intentos fallidos.

    Miles de gracias por tus visitas, tus lecturas, tus palabras y tu tiempo.

    Amparo.

    08/08/14 12:08

  • Lumino

    Recuérdame que no deje huella de amor en ninguna escritora, de esas que no olvidan y escriben.
    Algunas veces pienso sobre un único destinatario de muchos de tus escritos.
    ¿Sabrá que lo estás haciendo verbo?
    ¿Se enterará algún día?
    Seguro que sabe que escribes, y hoy...dándole a las teclas.
    Me gustaría hablar contigo sobre eso.
    Un saludo cariñoso
    Salvador

    08/08/14 01:08

  • Amparoiglesias

    Jajajaja te lo recordaré Salvador, si una chica escribe, estás condenador de por vida a que te maneje a su antojo jajajaja

    Bueno, antes es cierto que escribía para él, incluso mientras todo fue bien, le enviaba algunos de ellos..de hecho, y quiero reconocer que nadie me ha empujado más que él a escribir, a mostrar lo que hago...

    Pero ahora, puede que perdure su recuerdo, pero ya no es insano, y quizás en el trasfondo de mis poemas siempre hay un trocito para él, igual que lo hay para otro arsenal de personas importantes...Ahora escribo más bien para mi, ya no hay tanto de él, soy más yo.

    Pero me encantaría hablarlo contigo!

    Muchos besos.

    Amparo.

    08/08/14 02:08

  • Luia

    Impresionada por ese amor doloroso y sabio, navegando melodioso entre todos los cuestionamientos.
    ¡Bravo, mujer!

    Abrazos
    Lu

    09/08/14 05:08

  • Luia

    Y sí, sí, magnífico el título: "Todas tus vertientes".

    Otra vez
    Lu

    09/08/14 05:08

  • Amparoiglesias

    Muchísimas gracias Lu! Es genial que te guste... Fíjate que el título de este texto es uno de los pocos que me gustan jajajaja

    Gracias por pasar a leerme y por tus palabras.
    Amparo.

    09/08/14 12:08

Más de Amparoiglesias

Chat